EL MARNE, 1914: EL ERROR DE KLUCK Y LA VISIÓN DE GALLIENI

"La gesta de los taxis de París fue mera propaganda"

20/03/2022


La influencia que ejercen personalidades concretas en el curso de las batallas y las guerras, decidiendo la contienda hacia uno y otro bando, tiene multitud de ejemplos en la historia. En el caso del general von Kluck, me atrevería a decir, tal y como apuntan los historiadores, que su decisión impulsiva de perseguir y acorralar a los franceses en el norte acabó condenando a Alemania a la derrota. Tampoco habría que depositar toda la responsabilidad sobre Kluck; Moltke, que en ese momento ostentaba la jefatura del Estado Mayor alemán, decidió retirar dos divisiones del frente occidental y destinarlas a contener el avance ruso por el este, debilitando así sus fuerzas en el oeste y disminuyendo las probabilidades de éxito.

Alemania, por su carácter continental, no podría resistir una guerra de desgaste. Las potencias marítimas como Reino Unido podían acceder a una gran cantidad de recursos gracias a su extensa flota y, al mismo tiempo, imponer un bloqueo naval a Alemania que la asfixiara. Es lo mismo con lo que se toparon los sureños en La Guerra de Secesión Norteamericana. Cuando la guerra se extendió más allá del año, la potencia industrial y humana de los estados del norte comenzó a hacer sus efectos, evidenciando que sería cuestión de tiempo la derrota sureña.


Joseph Gallieni

Desde luego que, a principios de septiembre de 1914, los alemanes parecían no encontrar rival para su avance aplastante, y esto, quizás, pudo llevar a pensar a Kluck que los franceses no serían capaces de organizar una contraofensiva. Sin embargo, los franceses interceptaron un mensaje con las operaciones que los germanos planeaban llevar a cabo, lo que les ofreció la oportunidad de asestar un golpe al flanco germano que detuviese su ofensiva.

A pesar de que las tropas que llevarían a cabo la contraofensiva francesa estaban al mando del general Joffre, es el plan de Gallieni el que se acabó imponiendo. Kluck, pensando que los franceses se batían en retirada siguió avanzando hacia París descuidando sus flancos. El plan de Gallieni consistía en atacar el flanco alemán al norte del Río Marne. Para este plan también necesitaba contar con la BEF de Sir John French, que en ese momento se encontraba dubitativo sobre las posibilidades de detener el avance. Sin embargo, Joffre, el 4 de septiembre hace presencia en el cuartel general de la BEF y convence a French de que secunde el ataque de los franceses.

El 5 de septiembre de 1914, el VI ejército del general Maunoury, se topa con un cuerpo del ejército de Kluck, dando comienzo la batalla del río Marne. Ante este hecho Kluck intenta resolver la situación poniendo sus fuerzas hacia el oeste dejando un descubierto en su flanco de 50 km. Los franceses introducen en ese hueco un contingente de 20.000 hombres amenazando con partir y separar las fuerzas alemanas.

El feroz ataque francés en ese sector hizo que el ambiente en el cuartel general alemán de Luxemburgo contuviese un fuerte aire de derrota, llegando a la conclusión de que la única respuesta que parecía aplicable era la retirada tanto de las tropas de Bülow como las de Kluck. Moltke se muestra dubitativo y no es hasta el 8 de septiembre cuando decide enviar un correo para conocer la situación en la que se encuentran sus tropas en el Marne. El 9 de septiembre se confirma que tanto la BEF como los franceses han cruzado el río al norte y Bülow decide retirar su II Ejército hacia el Río Aisne. Esta decisión hace imposible que Kluck pueda mantener su posición sin que sus tropas se vean aniquiladas y también toma la decisión de retirarse. La misma tarde del 9 de septiembre se da por concluida la batalla.

Dentro de las historias que dan mayor importancia a la batalla, se concentra la acción llevada a cabo por los taxistas de la capital francesa. La gesta de los taxis de París fue mera propaganda, es decir, ocurrió de verdad, pero los ocho mil hombres trasladados al frente no decidieron en absoluto el combate. En torno a la leyenda se habla de la participación voluntaria de los taxistas que, en un ejercicio de patriotismo, ofrecieron sus taxis a la causa. Pero la realidad hablaría más de una orden de confiscación por parte de Gallieni, que está más que justificada por la trascendencia de lo que sucedía en el frente y la escasez de ferrocarriles con la que contaban sus tropas. Su relevancia se encuentra más en el componente moral que en su capacidad operativa; cuando los alemanes parecían abalanzarse sobre la capital rememorando los sucesos de la guerra franco-prusiana, la decisión del general Gallieni de seguir luchando, supuso una mayor involucración de la población civil en la defensa de Francia.

Tropas marchando a la batalla con los taxis de fondo

La batalla del Marne puso fin a la guerra de movimientos en el frente occidental, condenando a los combatientes a tener que luchar y morir por escasos kilómetros. El Marne consagró el absurdo de la guerra más allá de su propio origen y extendió el conflicto en el frente occidental por cuatro años. Si hubiese que buscar responsables apuntaríamos a Kluck, sin embargo, la torpeza estratégica demostrada por Moltke que fue incapaz de adaptarse a las circunstancias es lo que explica, sin duda, su destitución como jefe del Estado Mayor alemán.

John French y general Maunoury

Bibliografía:

  • Ferro, M. (1969). La grande guerre 1914-1918. Gallimard.

  • Hernández, J. Norte contra sur. Tempus.

  • Hernández, J. (2010). Todo lo que se debe saber sobre la primera guerra mundial. Nowtilus.

  • Moore, J. (1994). Las grandes batallas de la primera guerra mundial I. Rombo

  • Renouvin, P. (1972). La primera guerra mundial. Oikos-Tau.