EL CAMINO HACIA LA GUERRA II: SARAJEVO

"El asesinato de un heredero en Sarajevo no motivó una guerra, esta ya se había concebido antes"

1/03/2022

Las tensiones territoriales que había entre las potencias europeas a principios del XX no eran solo de tipo colonial, la disputa también se extendía a terreno europeo. Italia quería recuperar los territorios de Saboya y Niza, perdidos durante su reunificación, así como el Tirol y Trieste, en manos de los austriacos. Francia quería recuperar sus territorios de Alsacia y Lorena perdidos en la guerra Franco-Prusiana de 1870-71. Rusia, por otro lado, tenía su mayor rival en Austria-Hungría quien les disputaba el control de los Balcanes y que se había anexionado el antiguo territorio otomano de Bosnia-Herzegovina en 1909, después de haberlo mantenido como protectorado desde el Congreso de Berlín de 1878.

El abandono de la política diplomática de Bismarck por parte de Guillermo II, su voluntad de incrementar las posesiones coloniales alemanas y la consecuente ampliación de su flota fueron generando recelos en Potencias como Francia y Gran Bretaña y aumentando los motivos de unión entre ellas.

En las guerras balcánicas de 1912-13 Serbia había salido vencedora y había duplicado su tamaño y su población. Los austrohúngaros lo percibían como un peligro para la estabilidad de su imperio plurinacional donde convivían checos, eslovacos, húngaros, rumanos, croatas, eslovenos y bosnios… Un mayor poder de Serbia podría suponer la rebelión de los pueblos eslavos del imperio, algo que no estaban dispuestos a permitir.

Sistema de alianzas en 1914. Wikipedia

El 28 de junio de 1914 el archiduque y heredero de la corona austriaca Francisco Fernando con motivo de la visita de la ciudad bosnia de Sarajevo sufre un atentado y es asesinado por el nacionalista serbobosnio Gabril Princip. Este nacionalista serbobosnio pertenecía a la organización La mano negra que operaba desde Serbia con el beneplácito de sus autoridades. La noticia exacerbó los ánimos entre los austriacos que proclamaban que Serbia debía ser castigada.

Archiduque Francisco Fernando. Wikipedia

El asesinato de un heredero en Sarajevo no motivó una guerra, esta ya se había concebido antes. Francisco Fernando era sobrino de Francisco José I, emperador de Austria-Hungría, con la muerte del heredero la monarquía dual de los Habsburgo no peligraba, había muchos otros candidatos a heredar la corona. Entonces, ¿Qué llevó a los europeos a la guerra? Ya eran conocidas las pretensiones de los austriacos de controlar Serbia y su capital Belgrado, algo que chocaba de lleno con la visión paneslavista rusa.

En las semanas sucesivas al atentado se respiró cierta tranquilidad en Europa y, al menos, los alemanes, creían que las tensiones en los Balcanes se tratarían de un conflicto local. Asimismo, los generales austriacos comenzaban a ver la guerra como única salida, no solo para solucionar las tensiones con Serbia, sino para solventar las voces nacionalistas que surgían en el seno del imperio.

Los austriacos, antes de intervenir en Serbia, quisieron contar con el apoyo de Alemania a sus operaciones en territorio serbio. Guillermo II se reunió con el conde Hoyos (enviado austriaco) el 5 de julio e instó al conde a comenzar la guerra con Serbia incluso si esta suponía la intervención rusa. La misma directriz fue confirmada al día siguiente por el canciller alemán Theobald von Bethmann Hollweg.

El 24 de julio de 1914, Austria-Hungría envió un ultimátum a Serbia con una serie de condiciones que incluían la persecución del separatismo, cerrar las publicaciones que criticaran a la monarquía de los Habsburgo y que las autoridades austriacas pudiesen llevar a cabo la investigación judicial sobre el atentado en territorio serbio. El gobierno serbio, en 48 horas, aceptó prácticamente todas las cláusulas, la única excepción fue que la investigación austriaca en Serbia debía estar sujeta a la constitución serbia y al derecho internacional. Los austriacos ansiaban el rechazo del ultimátum y vieron en esta excepción la escusa indiscutible para la guerra. El 28 de julio de 1914, un mes después del asesinato del archiduque, Austria-Hungría le declaró la guerra a Serbia.

Como apuntó el 28 de julio, Jules Cambon, embajador francés en Berlín: «Hoy, el destino de Francia y el mantenimiento de la paz en Europa dependen de una voluntad extranjera, la del zar». Tras la declaración de guerra, Europa ponía sus ojos en Rusia y en su decisión de apoyar a Serbia en la guerra.

No había ninguna alianza que obligase a los rusos a intervenir en favor de Serbia. Sin embargo, un mayor control austriaco de los Balcanes, junto con el apoyo de Alemania a Turquía que controlaba el estrecho de los Dardanelos, impulsaba a Rusia a querer defender sus intereses.

Orden de movilización general del ejército francés.

El 26 de julio Rusia ya había impuesto ordenes de premovilización a sus tropas militarizando la crisis y el 30 de julio el zar Nicolás aprobaba la movilización general contra Austria y contra Alemania. Los intentos de Alemania de que Rusia diese vuelta atrás fueron en vano y el 1 de agosto Alemania declaraba la movilización general y le declaraba la guerra a Rusia. Al día siguiente, Francia se movilizaba y el 3 de agosto, Alemania, alegando argumentos inventados, le declara la guerra a Francia. La guerra en Europa había comenzado.

Las tensiones entre la Triple Entente (Reino Unido, Francia y Rusia) y las potencias centrales (Alemania y Austria-Hungíra) se habían intensificado en los primeros años del siglo XX. La declaración de guerra del 28 de julio puso a funcionar los engranajes de los sistemas de alianzas, convirtiéndose en un mecanismo letal que nadie supo parar a tiempo.

Bibliografía:

  • Howard,M. (2002). La Primera Guerra Mundial. Crítica.

  • Stevenson, D. (2004). 1914-1918 Historia de la Primera Guerra Mundial. Debolsillo.

  • Max Hastings. 1914. El año de la catástrofe. Crítica.